
Los restos de Francisco Solano Vera, víctima del franquismo, han sido inhumados en Cartagena, su tierra natal, 81 años después de su muerte (1942) en el penal de Formentera, en la prisión franquista de La Savina.
Sus restos fueron identificados durante la primera fase de las exhumaciones y excavaciones en el cementerio de Sant Francesc, en Formentera, merced a las muestras de ADN facilitadas por sus hijas.
Ha sido un emotivo acto, con la presencia de la Concejala de Participación Ciudadana y presidenta de la Comisión de Memoria Histórica de Cartagena, Alejandra Gutiérrez Pardo, el secretario autonómico de Sectores Productivos y Memoria Democrática del Govern, Jesús Jurado y el Director General de Memoria Democrática, Marc Andreu Herrera, que han viajado desde Baleares para dignificar los restos de Francisco.
En representación de la Asociación Memoria Histórica de Cartagena ha intervenido nuestra compañera Piluca Sánchez Soriano, que ha entregado al nieto de Francisco una copia fotográfica del dossier del sumario de su abuelo.
«Espero que esto sea un hecho reparador para ustedes», dijo Jesús Jurado, Secretario Autonómico de Memoria Democrática del Govern de Baleares. Jurado pidió perdón por haber tardado tanto tiempo en recuperar los restos de Francisco Solano Vera y manifestó que su trabajo fundamental era darle dignidad a todas esas víctimas que todavía, 84 años después de haberse terminado la guerra de España del 36 al 39, siguen en «una fosa, un agujero o una cuneta». Esto demuestra una sensibilidad hacia las víctimas del franquismo que contrasta desgraciadamente con la del Gobierno Regional de Murcia que, lejos de mostrar un mínimo de respeto hacía ellas y hacia sus familias, ignoró el acto pasando absolutamente de los requerimientos que le hizo el Gobierno de Baleares para organizar decentemente el acto. Triste imagen la de un gobierno que se dice democrático, cuando sólo existen víctimas (las de ETA) si son rentables electoralmente.

Alejandra Gutiérrez, concejala presidenta de la Comisión de la Memoria Histórica del Ayuntamiento de Cartagena, manifestó su inquietud por haberse enterado del acto un día antes de producirse (puesto que la relación se dio entre Gobiernos regionales, desconociendo el de las Islas Baleares la nula sensibilidad del murciano). Con todo, el Consorcio Municipal hizo una digna presencia, más por la voluntad de la propia concejala que por la sensibilidad del mismo Ayuntamiento, dando la enhorabuena a la familia, desando que no sea el único acto de estas características, agradeciendo el trabajo del Govern y la presencia al acto de la Memoria Histórica de Cartagena (MHC)

Piluca Sánchez de la MHC, dio algunas semblanzas de Francisco Solano Vera, habló de su expediente sumarial, de su paso por la cárcel de San Antón antes de pasar al penal de Formentera, de las condiciones penosas por las que tuvo que pasar en este último y de su muerte por tuberculosis pulmonar y caquexia. Asimismo recordó que todavía se encontraban desaparecidos más de 114.000 represaliados, reconocidos por la Audiencia Nacional.

Atanasio Egea Solano, nieto de Francisco, se mostró ilusionado y agradecido por haber devuelto a su tierra natal a su abuelo, de donde nunca debió salir para el destino que le esperaba, recordando la injusticia de su detención, el criminal régimen franquista y las penurias que pasó su familiar.


“Hay que abrir las fosas para que puedan cerrarse las heridas”. En esta frase podemos resumir la esencia de este acto de justicia y reparación.


